Me levanto temprano en la mañana con el alegre llamado de quien se adueñó de mi cariño más fino, respondiéndolo con mucho gusto y encanto por ser ese el motivo por el cual mi sueño se vio interrumpido. Un largo día en busca de la prosperidad me esperaba, trabajo tedioso, mucha caminata y premura para estar a tiempo en un lugar en donde el mayor premio era ver a tan especial persona y recibir su cariño después de tan extenuante jornada.
Una acción reciente, aunada a otra inmediata, me genera un dilema tan insufrible como lo es la desconfianza. ¿Cómo querer a la persona en la que desconfías? ¿Cómo desconfiar de la persona que quieres? No es sencillo, es una tortura, es casi como caminar por un sendero que conoces, pero carente en su totalidad de luz.
¿Cómo entender que lo único bueno del día se me escapa de las manos? Al igual que con un pinchazo de una aguja, cierro los ojos para no verla partir.
ilblogdelsignore 