Miraba yo a lo lejos y me encandilé con el brillo de algo tan claro que reflejaba muy bien la luz del Sol “¿Qué me ha afectado la vista?”, me pregunté yo, y no era sino, tu si se quiere dorada cabellera que resplandecía en medio de la tiniebla en la que vivimos sumidos los seres humanos en nuestro cotidiano y tedioso andar.
Pensé que no debía seguir mirando en esa dirección, puesto que tanto brillo de verdad me iba a perturbar de manera duradera en mi cabeza, no obstante, dentro de mi necedad lo seguí haciendo y las cosas empeoraron… Casi me quedo ciego cuando abriste tu boca para sonreír, fue como si los primeros rayos del sol se posaran sobre mi cara cuando todavía estoy dormido.
Rubia, te lo juro ese momento no se me ha olvidado, y yo mis cuentas siempre las saldo, eso muy bien lo sabes y si te vuelvo a ver, pediré una compensación por los daños causados a mi pobre mente que no ha dejado de recordar aquel suceso.
Las de tu especie tienen el cráneo vacío dice la gente, aunque ¿Cómo confiar en quienes precisamente hacen una proyección psicológica en tan inocentes seres? No lo sé, yo no me fio, pero creo que tampoco me cohíbo, tengo mis reservas respecto al asunto pero creo que vale la pena arriesgarse a conocer ese farol que iluminó la penumbra de manera súbita e inesperada.
Deseo de verdad que nadie sea capaz de apagar semejante fuente lumínica ni pretenda acercarse antes de que yo quiera ir para allá a ver las cosas con tranquilidad, aunque a decir verdad, a veces lo que es tan majestuoso, puede parecer tan increíble que da miedo.
ilblogdelsignore 